Niños pequeños
Niños pequeños (12 meses – 24 meses)
A medida que los niños crecen, pueden estar cerca de otros niños y adultos que pueden estar vacunados o no. Una de las mejores maneras de mantener sano a su niño es mantenerlo al día con sus vacunas.
Cómo vacunar a su niño pequeño
Después del primer año de vida, su hijo comienza a hablar, caminar y recordar cosas. Una de esas cosas que probablemente recuerde es una visita al médico, que a veces significa vacunas. A continuación, le presentamos algunos consejos para tratar con su hijo pequeño, aunque entendemos que algunos son más fáciles de decir que de hacer.
Para prepararse
- Traiga el registro de vacunación de su hijo a la visita.
- Sepa qué vacunas debe recibir su hijo.
- Si su hijo ya camina, hable con el médico o la enfermera sobre la posibilidad de ponerle inyecciones en el brazo y no en la pierna. Así se sentirá mejor.
Consejos que ayudan a tu niño pequeño
Mantente saludable
Intente explicarle a su niño mayor por qué le ponen la vacuna; que así se mantendrá sano y evitará que le hagan “heridas”.
Honestidad
Sea honesto acerca de las próximas vacunas. No diga que no va a haber una vacuna cuando sí la habrá. Esto puede hacer que su hijo desconfíe de los médicos.
Rápido y sin dolor
Hágale saber a su niño que está bien llorar, pero anímelo a ser valiente. Explíquele que una inyección no duele mucho (mucho menos que una raspadura en la rodilla) y que solo duele un segundo. Muéstrele a su niño lo que significa un segundo.
Respiración profunda
Mantén la calma. Si estás estresado, tu niño lo notará.
Control
Si a su médico le parece bien, permita que su hijo elija el lugar de la inyección (brazo izquierdo o derecho) para darle una sensación de control.
Distracciones
Considere llevar un animal de peluche favorito, un libro favorito o hacer burbujas. Hacer que el médico examine primero el animal de peluche puede aliviar un poco la ansiedad.
Ofrecer elogios
No importa cómo resulte, elogie a su niño. Esto podría resultar útil la próxima vez.
Golosinas post-inyección
Prometa un premio después de la inyección y cumpla la promesa sin importar lo mal que salga.
Nunca utilices un disparo como amenaza
Como por ejemplo: “Si no dejas de llorar, te llevaré al médico para que te ponga una inyección”.