Polio
¿Qué es la polio?
Poliomielitis, comúnmente conocida como polio, es una enfermedad altamente infecciosa causada por el virus de la polio. La polio puede causar graves daños al cerebro y a la médula espinal. El último caso conocido de polio que se produjo de forma natural en los Estados Unidos fue en 1979, pero todavía se producen casos en personas que viajan.

La prevención de la polio y la vacuna
En Estados Unidos, los niños reciben cuatro dosis de la vacuna contra la polio al día.
- Dos meses
- Cuatro meses
- Seis meses
- Una dosis de refuerzo entre los 4 y 6 años de edad.
La mayoría de los adultos en los Estados Unidos han sido vacunados contra la polio. Si no está seguro de su estado de vacunación, comuníquese con el departamento de salud local o hable con su proveedor. Si no puede confirmar su estado de vacunación, hable con su médico.
Vea la historia personal de alguien que fue afectado por la polio.
¿Cómo se propaga la polio?
La polio vive en la garganta y los intestinos de una persona infectada y puede contaminar el agua y los alimentos. La polio se transmite de persona a persona de varias maneras:
- Contacto con heces infectadas
- Contacto con gotitas de un estornudo o tos de una persona infectada
- Contacto con alimentos o agua contaminados
Una persona infectada con polio puede transmitir el virus hasta dos semanas, antes y después de que aparezcan los síntomas.
¿Cuáles son los síntomas de la polio?
La mayoría de las personas que contraen la polio no presentan síntomas. Existen dos tipos de polio: Polio no paralítica y polio paralítica.
Polio no paralítica
La polio no paralítica provoca síntomas leves similares a los de la gripe y no provoca parálisis. Entre los síntomas se incluyen los siguientes:
- Fiebre
- Dolor de garganta
- Dolor de cabeza
- Vómitos
- Fatiga
- Dolor o rigidez de espalda
- Dolor o rigidez del cuello
- Dolor o rigidez en los brazos o las piernas.
- Debilidad o sensibilidad muscular
Polio paralítica
Una forma más grave de polio que puede provocar parálisis y provoca síntomas como:
- Pérdida de reflejos
- Dolores musculares severos o debilidad.
- Extremidades flojas y flácidas (parálisis flácida)
Algunas personas pueden sufrir el síndrome pospolio años después de haberse recuperado. Los síntomas incluyen:
- Debilidad y dolor progresivo en músculos o articulaciones.
- Fatiga
- Pérdida de masa muscular (atrofia)
- Problemas para respirar o tragar
- Trastornos respiratorios relacionados con el sueño, como la apnea del sueño
- Disminución de la tolerancia a las bajas temperaturas.